Pasando el Ecuador

Acabamos de pasar el ecuador del proyecto con la emisión del cuarto capítulo. Por otra parte ya nos queda muy poquito aquí en Cuenca, sólo un par de días de rodaje más y habremos terminado. Sin embargo seguimos trabajando en la edición de los vídeos hasta terminar las cuatro semanas (lo cual está previsto para el día 4 de septiembre).

Ahora mismo estamos trabajando en los capítulos 5 y 6 para tenerlos listos lo antes posible. Muchos de vosotros nos habéis dicho que echáis en falta más acción por parte de los campesinos. Haciendo caso a vuestro consejo nos fuimos a conocer las labores de una de las beneficiarias de la propuesta agroecológica, Doña Otilia. Estad atentos en los próximos días para ver el resultado. Esperamos que os gusten.

P.J.

Pasar de la Eficiencia a la suficiencia

Espero que me perdonéis la parrafada. Antes que nada aclaro que lo que digo lo digo a título personal.

Estar aquí sólo me hace reafirmarme en lo que ya opinaba. La conservación de un sistema se basa en la capacidad de mantener el poder por parte de quienes lo sustentan. No significa que funcione mejor o peor, sino que las personas que viven de él han sabido manejar al resto lo suficiente como para que siga perdurando. Por algo se les llama conservadores.

Según hemos aprendido estos días , la propuesta agroecológica podría ser una respuesta más que viable a la falta de alimentos en muchas partes del mundo, y no hablo sólo de países en desarrollo. ¿Por qué se sigue incentivando entonces un modelo agrícola que tiene los días contados? La respuesta supongo que es que los organizadores de dicho sistema quieren seguir manteniendo el negocio. Al fin y al cabo a nadie le gusta renunciar a un privilegio al que se ha acostumbrado. La eficiencia de la que hablan sus defensores se basa en cifras, pero no tiene en cuenta otros factores importantes (como la futura ausencia de petróleo, ¿qué pasará entonces?). En este sentido me quedo con las palabras del economista y ambientalista chileno Manfred Max-Neef, ganador del Premio Nobel Alternativo de Economía (Right Livelihood Award): Hay que saber pasar «de la eficiencia a la suficiencia», porque el factor económico no me parece el único a tener en cuenta.

PD: El vídeo que incluyo es la primer parte de un documental sobre la agroindustria y el poder político y económico de las empresas que la promueven.

P. Jurado

El porqué de Cuatro Semanas (parte II)

He de decir que desde que volví de pasar un año en Alemania, con la maravillosa experiencia del Erasmus, me sentía un poco intranquilo en España. Por una parte, aquella experiencia me había convencido de que tenía que vivir algún tiempo fuera de mi país, pero esta vez la vida real, trabajando. Sé que siempre acabaré volviendo a casa, pero éste era el momento de vivir la experiencia. Bien, si se daba la posibilidad (y me temo que se va a dar), estaría encantado de probar.

Pero lo que más me preocupaba, y sobre todo, peor me hacía sentir, era la situación anímica y social de mi país.

Es evidente que vivimos en una crisis. Una tremenda crisis económica (no voy a entrar a valorar de dónde surge, porque creo que todos lo sabemos). Bien, no encuentro trabajo, o si lo encuentro, es en unas condiciones de las que nos hubiéramos reído hace 10 años. Vale, no pasa nada. Acabo de terminar la carrera, soy joven, puedo “ir tirando” hasta abrirme camino. Pero lo que escuchaba en las entrevistas; las historias, similares a las mías, que me cuentan mis amigos; ver las noticias… No sabéis lo que es estar durante meses en un curso “del paro”, escuchando en cada descanso a 15 personas, muy válidas, con experiencia de varios años, más y mejor preparados que tú…lamentarse sobre su situación, sobre que se les acaba el subsidio de desempleo, no saben qué hacer, y tienen que volver a vivir a casa de sus padres. O quizá si lo sabéis.

Cuando encendía la televisión o la radio, o leía el periódico, me desesperaban las discusiones y la falta de capacidad, y sobre todo, de comprensión de “nuestros líderes”. Lo alejados que están de la gente que les ha elegido. Me siguen desesperando.

Pero lo más desesperante era ser conscientes de que había que hacer algo…y no hacíamos nada. ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Es que nuestro futuro no nos pertenece? Y cuando hablo de nuestro futuro (o de nuestro destino, llamadlo como queráis) no me refiero solo a nuestro futuro individual, personal, sino a algo que me parece tanto o más importante: a nuestro futuro como sociedad.

En mi país hay 5 millones de personas sin trabajo, sufriendo para sobrevivir, y ¿no hacemos nada? Sabemos que nuestro dinero, nuestros recursos, se están utilizando para cosas que no queremos, que rechazamos, y en algunos casos, que son totalmente injustas, y ¿no hacemos nada?

Bien, a estas alturas pensaréis que me estoy metiendo en camisa de once varas, que no viene a cuento, y que qué me he creído. Si no os hartáis, confío en que de aquí a un par de párrafos habré sabido explicar a qué viene todo esto. O no.

Todo deriva en que la aparición del “movimiento 15-M”, o llámalo X, supuso para mí una inyección de ánimo y sobre todo, de esperanza. Asistiendo a las asambleas (con sus obvias limitaciones), a los grupos de trabajo, y sobre todo, participando en las discusiones en las plazas, con vecinos con quienes nunca antes había hablado, y que tenían tanto que decir o más que yo, por fin empecé a sentirme “ciudadano”. En toda la extensión de la palabra. Y es algo que necesitaba.

No se en qué quedará todo, si conseguiremos realizar los cambios que mucha gente en España queremos. Cosas sencillas pero básicas.

Lo importante es haber generado ese espíritu crítico, ese espíritu de participación ciudadana, esa conciencia de que no nos lo tienen que dar todo hecho. Es un comienzo.

Si para algo me sirvieron estas vivencias, fue para convencerme de que la crisis no es algo puntual, que vaya a pasar. Sirvió para convencerme de que el sistema, simplemente, no funciona. Y “la crisis” no es sino otro indicador de que las cosas no pueden seguir así. Y no digo que esto sea porque es injusto; porque hay grandes ricos porque existe gente muy pobre; porque nosotros nos hartamos mientras otros mueren de hambre. No, lo digo simplemente, porque no hay más margen. Punto. Este sistema no se sostiene.

Quienes me conocéis, sabéis que no soy para nada “extremista” o “antisistema”. No soy el paradigma de vida solidaria tampoco. Me gusta “vivir bien”, claro.

No digo que sepa lo que hay que hacer. No lo se. Pero estoy convencido de que hay que hacer algo. Algo diferente. Y hay que empezar ya.

¡Bien! Hemos llegado hasta aquí. Ya puedo retomar el origen de todo esto: el porqué de Cuatro Semanas.

Pues teniendo la oportunidad, no había dudas. Necesitaba llevar a cabo este proyecto. Necesitaba conocer cómo se vive en un país en el que no se vive tan bien como en España. O gente que no vive tan bien como yo, mejor dicho. Necesitaba entrar en contacto con la realidad.

En otra ocasión os hablaré sobre las conclusiones que voy sacando. Admito que tenía un poco de miedo. O de pereza quizá. Pero todo está siendo más fácil de lo que esperaba. Después de todo, la vida no es tan diferente aquí. La gente no es tan diferente. Porque también se me están cayendo muchos prejuicios absurdos que tenía. Y estoy descubriendo una realidad, la campesina, que no conocía ni de lejos. Una realidad que, además, me da de comer cada día.

Sabía que iba a ser una experiencia inolvidable ( y lo está siendo), que era ahora cuando tenía la oportunidad yhabía que aprovecharla;  y que, de paso, íbamos a darle un poco más de visibilidad a proyectos y situaciones que nos interesan. Nuestro pequeño granito de arena.

Y por qué no decirlo: si lo hacíamos bien, iba a ser una línea más en nuestro currículum. Una línea importante. Que todavía tenemos que encontrar la forma de ganarnos la vida…

Álvaro Alonso-Peraita

El porqué de Cuatro Semanas (parte I)

Parece que ha llegado el momento de inaugurar este espacio complementario que a muchos será de los que más os llamen la atención en el corto plazo: lo que se esconde detrás de este humilde pero ambicioso proyecto llamado Cuatro Semanas.

Más adelante trataré de explicaros el porqué de esos dos calificativos, porque creo que pueden ayudar a entender mejor el espíritu de CS, y en algún caso, a justificar (si es que requiere una justificación) decisiones narrativas y de contenido.

Pero hay que empezar por el principio, y eso significa explicar cómo surgió, y sobre todo por qué surgió Cuatro Semanas. Sobre el cómo surgió, lo mejor es que leáis la entrada que está redactando a mi vera Pablo, porque para ser fieles a la verdad, la idea, el proyecto, surgieron en su cabeza, y se materializan en gran medida, por su voluntad de hacerlo realidad. Por lo tanto, voy a dejar que quien mejor lo sabe, os lo cuente. Yo por mi parte, os voy a contar cómo surgió todo para mi.

Sobre nuestra relación, todo lo que necesitáis saber (los que no lo sepáis), es que Pablo y yo somos amigos desde que nos conociéramos en el primer curso de Comunicación Audiovisual en la Complu, allá por 2005. Siempre ha habido proyectos locos entre amigos, con mayor o menor éxito, pero es desde hace poco, impulsados por las ganas de hacer algo serio (llámalo “profesional”), explotar nuestras inquietudes, y posiblemente también por nuestra maltrecha situación de becarios-precarios, o directamente desempleados (que no parados), que decidimos empezar a trabajar duro en algunos proyectos. Algunos no acabaron de cuajar, otros siguen en el limbo hasta que echemos toda la carne en el asador…Bien, fue en este contexto que Pablo me contó (a mí, y a un par de amigos más que por unas razones o por otras no han podido participar) que llevaba ya unos meses pensando en hacer un proyecto documental en Ecuador. Ya había estado varias veces antes (su padre es ecuatoriano), y se había enamorado del país. Y a sus ojos, había mucho que conocer, muchas historias que contar.

La verdad, nunca me lo tomé muy en serio. A esas alturas, yo pensaba que en un par de meses habría conseguido un trabajo que me permitiera echar a rodar, aprender, y salir adelante hasta ascender el siguiente escalón. Qué ingenuo que era…Tras algunos cantos de sirena, procesos de selección infinitos,  cursos de capacitación pagados por todos ustedes, y una buena bofetada con un trabajo que verdaderamente me gustaba, y que acabó por no salir “debido a la coyuntura actual”, un par de meses entrado el año, empezaba a tener claro que la opción de emigrar se ponía en cabeza entre las más atractivas. Como muchos de mis amigos, iba a tener que ir a buscarme las habichuelas a otro país, porque aquí las posibilidades eran pocas, y bastante poco atractivas, sinceramente. Y con esta idea, aparte de contactar con gente que me pudiera encaminar allende los Pirineos (sigo en ello, se agradecen consejos y referencias, ejem); había trazado un maravilloso plan para ahorrar dinero y poder sobrevivir los primeros meses hasta tener cierta estabilidad, sobre todo, monetaria. Y ese plan incluía pasar 3 meses al norte del norte, en el extremo septentrional de Noruega, trabajando en un hotel al que acuden los turistas a ver ballenas y foquitas durante unos pocos días de verano; ahorrando en coronas noruegas.Y no irme a Ecuador a vivir una aventura incierta.

Álvaro Alonso-Peraita

(FIN DE PARTE I)

Cómo surgió ‘Cuatro Semanas’

Ahora que ya ha empezado la vorágine de las cuatro semanas habría que contar cómo empezó todo. La verdad es que se hace bastante complicado por lo que intentaré ser breve.

Creo que básicamente la idea nació de la necesidad de trabajar (y aprender) cosa bastante complicada en estos días. Vamos a dejar de depender de otras personas, si no nos ofrecen un trabajo en condiciones vamos a hacerlo nosotros mismos. Esa era la premisa básica. Al principio la idea fue rodar un documental al uso, pero en seguida empezó a cobrar fuerza internet dentro del proyecto. Todos los trabajos que he tenido hasta el momento han sido relacionados con internet y, al fin y al cabo, era lo más adecuado y lo que nos ofrecía más posibilidades. Así nació el formato de Cuatro Semanas, un formato que además podría ser reproducido en futuras ocasiones si se quisiera.

Pero ¿por qué Ecuador? ¿Y  por qué colaborar con una ONG? Por un lado Ecuador nos ofrecía una gran facilidad de rodaje por ser un país ya conocido para mí, por otro teníamos la seguridad de que es un país repleto de historias interesantes. En cuanto a por qué colaborar con ONGs, la razón es que están donde los gobiernos no actúan, centran su trabajo en personas o temas por lo general olvidados o dejados de lado. Son esos temas ignorados o no tan tratados los que nos interesaban. Además a la labor de estas organizaciones muchas veces (y más en Ecuador) no se les da la publicidad o la comunicación necesarias.

Creo que me dejo muchas cosas por contar, pero realmente es algo difícil mirar el camino recorrido y tratar de contar cómo surgió todo. Echo la vista atrás y me da bastante vértigo el trayecto recorrido. Han sido aproximadamente 9 meses de conversaciones y planes de proyecto que iban tomando forma por si solos hasta que finalmente nos vimos envueltos en el rodaje. Con un presupuesto minúsculo pero muchas ganas de trabajar fuimos salvando obstáculos hasta llegar a este punto. Algunos de los obstáculos han sido salvados a base de eternas discusiones, reuniones sin fin y muchos quebraderos de cabeza para nosotros y la gente que nos aguantó durante ese tiempo. Pero sobre todo los hemos salvado gracias a la confianza que la gente ha depositado en nosotros. Gracias a todos.

Pablo Jurado

¡Hola a todos!

Hola a todos los seguidores de ‘Cuatro Semanas’. Con un poco de retraso por el trabajo acumulado de los últimos días comenzamos a retransmitir por el blog para que podáis saber más acerca de este proyecto. Como sabéis durante cuatro semanas acompañaremos a la Fundación IPADE en dos de sus proyectos en Ecuador para conocer su trabajo.
El pasado lunes 8 de agosto dimos comienzo a la primera semana, pese a que desde el domingo ya podíais disfrutar del primer capítulo de ‘Cuatro Semanas’. Tenemos que agradeceros a todos el interés mostrado porque en apenas tres días el vídeo ya superaba las 300 visitas (¡!). Mañana ya estará disponible el segundo en el que seguimos trabajando. Esperamos que os guste.

Pablo Jurado y Álvaro Alonso-Peraita